
IPA advirtió que la apertura comercial y el aumento de importaciones debilitan la industria, el empleo y el consumo interno en Argentina.
La recuperación de algunos indicadores macroeconómicos en Argentina no se traduce en una mejora para la industria nacional. Así lo advierten desde Industriales Pymes Argentinos (IPA), donde alertan que el aumento de las importaciones, impulsado por la política de apertura comercial del gobierno de Javier Milei, pone en riesgo a miles de pequeñas y medianas empresas que aún enfrentan serias dificultades para sostener el empleo y la producción.
“El crecimiento abrupto de las importaciones de abril, que fue de un 37,3%, perjudica la capacidad instalada en las empresas, afectando la generación de empleo y la inversión”, señaló Daniel Rosato, presidente de IPA. Según el referente del sector, la situación se agrava por la competencia de productos importados a precios de dumping, que reemplazan la producción local y mantienen estancada a la actividad industrial.
En su “Informe de coyuntura industrial pyme” correspondiente a mayo, IPA indicó que si bien hay señales de recuperación en la economía (impulsadas especialmente por los sectores financiero y petrolero) el consumo, el empleo y la industria aún no logran consolidarse. La desaceleración de la inflación, con un IPC del 2,8% en abril y expectativas de menor variación en los próximos meses, no ha tenido impacto positivo en la demanda interna.
Un repunte débil y desigual
“El crecimiento del primer trimestre de 2025 es heterogéneo y se sostiene sobre bases frágiles”, advirtieron desde la entidad. A pesar de una suba interanual del 5,2% en la industria manufacturera, señalaron que parte de ese repunte se debe a una base de comparación baja y que la utilización de la capacidad instalada sigue siendo limitada, apenas en el 54,4%.
En el plano externo, el incremento de las importaciones, principalmente de insumos y bienes de capital, redujo de manera drástica el superávit comercial. Para IPA, esto no responde a un verdadero proceso de expansión industrial, sino a una sustitución de producción nacional por bienes del exterior.
“Necesitamos una política para bajar los costos de la producción nacional que nos ayude a enfrentar esta competencia desleal del exterior que se potencia cada vez más”, reclamó Rosato, quien advirtió que “miles de industrias pymes están en riesgo junto a sus trabajadores”.
En ese marco, desde IPA concluyeron que, si bien los indicadores macroeconómicos muestran una leve mejoría, el tejido productivo argentino continúa debilitado. Y remarcaron que “la consolidación del crecimiento dependerá de la capacidad del Gobierno para mantener la estabilidad macroeconómica y reactivar la demanda interna, la industria y el empleo”.
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