El anuncio del Gobierno nacional acerca de que las licencias de conducir serán sin vencimiento, con renovación automática y online, debiendo los conductores presentar cada cinco años una declaración jurada e informar sobre su aptitud física mediante certificados emitidos por médicos, constituye una iniciativa que aparece como acertada y que implicaría el final de un trámite burocratizado, costoso y complejo para la población.
El anuncio del Gobierno nacional acerca de que las licencias de conducir serán sin vencimiento, con renovación automática y online, debiendo los conductores presentar cada cinco años una declaración jurada e informar sobre su aptitud física mediante certificados emitidos por médicos, constituye una iniciativa que aparece como acertada y que implicaría el final de un trámite burocratizado, costoso y complejo para la población.
El proyecto de ley presentado en el Congreso destaca que a partir de los 75 años estas exigencias deberán ser cumplimentadas cada año, con idéntica modalidad. Se consigna que las presentaciones de certificado médico y de declaración jurada serán de carácter digital y sin costo.
Según señaló el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, el proyecto podría ser tratado en el Congreso en las próximas semanas. Está impulsado por una legisladora oficialista que aseguró que las licencias “no van a vencer más, el cambio es más libertad con más responsabilidad” para añadir que tampoco habrá que pagar más por las renovaciones.
“Vos sacás un registro de conducir y ¿por qué lo tenés que renovar? En Estados Unidos sacás la licencia y no vas más. Simplemente tenés que mandar una declaración jurada que demuestre que tu condición física sigue siendo apta. No es un anuncio esto, es sólo un comentario. Manuel López Obrador puso la licencia de conducir vitalicia en México DF. Lo hizo porque tenía tanta corrupción en el mecanismo expendedor de licencias que lo solucionó de ese modo”, señaló.
La iniciativa, en tanto, se ve enmarcada dentro de una temática mucho más amplia, como es la que involucra a los Registros del Automotor, su funcionamiento y el plan para crear un registro único digital como está escrito en el DNU 70/202.
No hace falta extenderse en datos y consideraciones acerca del verdadero flagelo que implica la obtención o la renovación del registro de conducir para la gente. En nuestra ciudad se vinieron sucediendo a lo largo de los años fenómenos inexplicables, como las largas esperas para conseguir turno y lograr luego obtener el registro de conductor, sin dejar de dirigirse a distintas reparticiones para obtener diversas constancias y superar con infinita paciencia demoras como las que se registran cuando falta plástico en el país para confeccionar las tarjetas, entre otros múltiples inconvenientes.
Para muchos otros trámites similares –que no viene al caso aquí mencionar- los especialistas sugirieron en muchas oportunidades que el Estado tercerizara o privatizara esas gestiones, apelándose a constancias emitidas por profesionales en distintas especialidades, pero la burocracia estatal siempre pudo más hasta la fecha y se mantuvo como única prestadora.
En el caso de los mayores de edad, la renovación del registro debe concretarse en forma obligatoria una vez al año, de modo que las penurias de siempre se reiteran cada doce meses. En muchos casos para personas que, pese a que cuentan con solvencia física y mental para conducir un vehículo, se ven obligadas a superar largas demoras y a gastar salud en largas colas y concreción de múltiples trámites, además de tener que enfrentar costos de tramitación cada vez más elevados.
Se trata, tan solo, de simplificar, sobre todo a partir de la tan mentada digitalización que, sin embargo, en este campo, nunca logró evitar complicaciones para la gente, a la que se siguió exigiendo la presentación de constancias que el Estado ya posee sobradamente, sin dejar de mencionar la necesidad de que se atienda a todo el mundo con mayor consideración y más presteza. Es de esperar, entonces, que una nueva ley cambie este tan negativo cuadro de situación.
Fuente: El Día