
La industria textil argentina atraviesa una crisis profunda, afectada por la caída del consumo interno y una creciente ola de productos importados. La liberalización del comercio exterior impulsada por el Gobierno nacional en 2024 provocó un aumento significativo del ingreso de ropa y textiles del extranjero, lo que abrió las puertas a plataformas como Shein, Temu y Amazon. Como resultado, el mercado local se ve saturado por productos foráneos, mientras la producción nacional retrocede.
De acuerdo con cifras del INDEC, las importaciones aumentaron un 42,8% interanual en el primer trimestre de 2025. Actualmente, el 70% de la indumentaria vendida en el país es importada, una cifra muy superior al promedio histórico del 40%. En paralelo, un informe de la Fundación ProTejer advierte que la mitad de las empresas textiles registró una caída en sus ventas durante el mismo período, con una baja promedio del 5%. En comparación con 2023, el retroceso alcanza un preocupante -21%.
El desplome del consumo interno, señalado por el 82% de las empresas como el principal motivo de la crisis, se combina con el avance de las importaciones (63%) y la pérdida de competitividad por la apreciación del peso (40%).
La crisis también afecta al empleo: el 72% de las compañías redujo su personal entre fines de 2023 y marzo de 2025. Seis de cada diez firmas achicaron sus plantillas, reflejando un deterioro generalizado del empleo industrial en todo el país.
En este escenario, las expectativas de crecimiento son prácticamente nulas. El 70% de las empresas no invirtió en maquinaria ni amplió su capacidad productiva durante 2024, y el 80% tampoco planea hacerlo este año. Además, el 85% afirma tener grandes dificultades para exportar, debido al tipo de cambio desfavorable y la elevada carga impositiva.
Luciano Galfione, presidente de la Fundación ProTejer, señaló que empresas como Shein se benefician de la falta de controles en países como Argentina. “Acá no hay regulación, se bajaron aranceles y eso convierte al país en un mercado ideal para el modelo de moda ultra rápida”, explicó. Además, subrayó que estas plataformas no cumplen normas laborales ni ambientales como las exigidas a las empresas locales o europeas, lo que las vuelve más competitivas.
Costo de producción alto
“El costo de producir en Argentina es muy alto: pagamos IVA, ingresos brutos, tasas municipales, altísimos intereses y comisiones de tarjetas que son seis veces más caras que en otros países. Así no se puede competir”, expresó Galfione. También criticó la política de permitir importaciones de hasta 400 dólares sin aranceles.
Para el dirigente, se necesita una respuesta estatal. “La solución no depende solo de la industria, se necesita una intervención del Estado. Otros países que están integrados al mundo ya están regulando esto”, afirmó.
Perspectivas poco alentadoras
De cara al futuro, solo el 20% de las empresas espera una mejora en la situación. En contraste, el 40% teme que la crisis se profundice. Entre las propuestas para revertir el escenario, se destacan una reforma impositiva con enfoque federal (84%), más controles contra la competencia desleal (54%) y ajustes en el tipo de cambio (38%). También se pide reforzar el consumo interno y el poder adquisitivo.
(InfoGEI)Ac
