Sebastián Paunero se despide del Sumo en el Sudamericano

Ph: Julieta Paunero

Sumotori, judoca, instructor y árbitro Nacional de Judo: una vida dedicada a las artes marciales japonesas.

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A los 44 años, y luego de casi veinte años de trayectoria, el ranchero Sebastián Paunero dirá adiós a las competencias oficiales de Sumo, y lo hará en una de nivel internacional.

El sábado próximo se realizará el 28º Campeonato Sudamericano de Sumo 2024 que se diputa en Argentina, y Sebastián Paunero, que practica desde el 2007 este milenario arte marcial, se despide de la actividad.  El evento será en el Complejo África, del Parque Roca (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), y la entrada es libre y gratuita.

“Arranco con el Judo en el 2005, en el Club Universitario de La Plata con mi Profesor Gonzalo Arce, y al poco tiempo empieza a insistirme para que haga Sumo, porque su profesor era el que había traído el Sumo a la Argentina”, cuenta el propio Sebastián, quien asegura que, pese a la insistencia de su profesor, “en ese momento no era algo que me interesaba. La idea que tenía del Sumo era ‘gordos en pañales’, que era lo que había visto alguna vez en televisión (…) Para fines del 2007 me invitó a un entrenamiento a Buenos Aires, y ahí descubrí que tenía un concepto totalmente errado. Me encantó desde un principio, y con la gente que entrenamos en el Centro Okinawense Argentino, que era donde se desarrollaban las clases, me invitaron a seguir entrenando con ellos, porque tenía muchas chances de entrar en la Selección, y participar en un Sudamericano, así que ahí fue mi puntapié de arranque”.

“En el 2008 empecé a participar de algunos torneos chiquitos que se hacían en el Jardín Japonés, en el Centro Okinawense también, y fui mejorando. Empecé a lograr primeros puestos, y en el 2009 se hace el primer Sudamericano en Argentina, donde yo clasifico segundo, con lo cual en ese Sudamericano luché en tres categorías: Individual, Absoluta y por equipos”, explica Paunero, quien, en esa oportunidad, pesando 123 kilos tuvo que enfrentarse (en Categoría Pesado) a un brasilero de 1,90 mts, que pesaba 200 kilos, así que “no pude hacer absolutamente nada, los nervios me jugaron en contra. No me fue bien, pero en el de equipo salimos segundos en ese torneo”, ganándole a Paraguay, Uruguay, y finalmente fueron derrotados por Brasil. Mientras que, en la Absoluta, luego de ganar varias luchas, cayó contra el campeón de las tres categorías.

Pese a que narra los hechos casi como si hubiera sido un fracaso su primera experiencia internacional, sin dudas no lo fue, no solo por el premio obtenido, sino porque eso permitió adquirir experiencia, conocimiento y mayor determinación para enfrentar más desafíos como ese.

A partir de allí, “empecé a prepararme más físicamente, a cambiar el cuerpo, engordé a 140 kilos, y en el año 2012 viajé a Brasil, después de haber clasificado primero acá, y ahí saqué el tercer puesto, mi primer podio”, cuenta.

“Seguí luchando, tuve un par de Sudamericanos más”, agrega, recordando cada competencia, y las lesiones que lo limitaron: “fui a Paraguay, con un ligamento cortado, sin saber, hasta que se me salió la rodilla. Ahí perdí la semifinal y quedé cuarto; después en Brasil me desgarré el isquiotibial… En total hice tres sudamericanos en Brasil, tres en Argentina y uno en Paraguay”. En su última competencia, antes de la Pandemia, logró un tercer puesto en Categoría pesados, en Brasil, donde sufrió una lesión de rodilla.

“Después vino la Pandemia, y ahí decidí en ese momento colgar los botines… después me enfoqué más en el Judo, me convertí en Árbitro Nacional, y gradué para DAN y empecé a dar clases de Judo infantil”. Finalmente, el año pasado tomó la decisión de retirarse y cumplir con la ceremonia de entrega del Mawashi (vestimenta utilizada durante un combate de sumo), que es así como “hacemos el cierre de ciclo”, explica Sebastián. Sin embargo, su profesor volvió a convencerlo de culminar su trayectoria como se lo merecía, en el próximo Sudamericano, que casualmente se realizaba en Argentina al año siguiente.

“No te podés retirar, hace muchos años que estás en la Selección, todavía estás y podés, por qué no lo pensas… El año que viene se hace el Sudamericano en Argentina, por qué no te preparas y te despedís como corresponde”, lo instó Arce. Sin embargo, aun con su falta de convencimiento, recibió además el apoyo de su esposa, que le dijo “yo te acompaño”, y así comenzó una nueva y definitiva etapa en el Sumo.

Para llegar a este Sudamericano viene trabajando desde el 1 de enero del presente año “para ponerme en forma nuevamente, con gimnasio, a trabajar mi cuerpo. En febrero, empecé a ir a entrenar de nuevo con la selección, y en abril-mayo tuvimos los clasificatorios. Clasifiqué, y ahora ya estamos listos para la semana que viene. Este sí va a ser mi último, porque primero que tengo 44 años, cumplo 45 este año, mi cuerpo ya no es el mismo que cuando arranqué. Estoy compartiendo con contrincantes que les doblo la edad, así que todo tiene un ciclo, y está bueno decir ‘esta es mi despedida’, y tomarlo como tal”, analiza el sumotori.

“Mi preparación fue consciente, bajé 10 kilos entrenando, ahora estoy en 130, para poder estar más veloz. Porque los años me quitaron velocidad, así que para contrarrestar la masa muscular que perdí por no haber hecho por tanto tiempo, pese a que recuperé muchísima, gané más velocidad que antes por ahí no tenía tanta. Antes tenía más fuerza y menos velocidad, y ahora es al revés”, sostiene.

La inscripción para el 28º campeonato Sudamericano todavía sigue abierta, por lo que se desconoce fehacientemente cuáles serán los rivales a enfrentar. Hasta el momento, ya tiene confirmada la participación del equipo completo de Brasil con sus 38 luchadores, “sabemos que viene Paraguay, pero no qué categorías trae… Venezuela dijo que venía, eso es una incógnita, y sabemos que vienen de Uruguay y Chile”, adelanta Paunero.

Luego de este sábado, no se mantendrá totalmente alejado de la disciplina, ya que “hay posibilidades que dé Sumo en La Plata (lugar en el que reside desde hace muchos años). Para eso tengo que rendir examen para ser 1º DAN, y justo este año vino una japonesa que envió una asociación japonesa, que va a estar dos años entrenando a la Selección Argentina. Ella fue Campeona Mundial junior de Sumo femenino, y Subcampeona mundial de Sumo Amateur de Peso Pesado en el último mundial, y puede graduar, así que hay que ver si yo gradúo para ser 1 DAN y si todo se da, poder dar clases acá. Más allá de dejar de competir voy a seguir yendo de vez en cuando a prestar el cuerpo a mis compañeros, para que sigan entrenando, así que es mi último torneo oficial, pero siempre va a quedar una vinculación con el Sumo”, aclara.

Conociendo el Sumo

La lucha sumo es el deporte nacional del Japón, de combate y arte marcial donde dos luchadores se enfrentan cuerpo a cuerpo con el objetivo de lanzar su rival al suelo o fuera del área circular. En ese país está considerado un arte, y además mantiene gran parte de la tradición sintoísta antigua, con infinidad de rituales previos y posteriores a los combates, donde el respeto prima por sobre todo lo demás.

En Argentina no está muy difundido, pero Paunero asegura que “Sumo puede hacer cualquiera, no importa el peso, no importa la edad. Hay distintas categorías, ahora hay 5 (ver recuadro), con lo cual una persona normal puede hacer sumo. Mujeres también… tenemos una muy buena selección femenina de Sumo”, afirma, pese a que originalmente y aun hoy en día de manera oficial, el Sumo está completamente prohibido a las mujeres.

“A mí el Sumo me ayudó muchísimo a aceptar mi cuerpo, de ser grandote, yo tenía muchos complejos con mi cuerpo, y a raíz de que empecé a hacer sumo eso cambió mi propia mirada sobre mí, a tal punto de salir en un programa de televisión con el Mawashi puesto y no tener problema”.

“El sumo es muy sencillo de aprender, no se necesita casi nada. Solo se necesita una calza, que en el Sumo amateur es obligatoria, y el Mawashi, que es una tela larga que lleva una anudación especial para que cubra las partes íntimas y de donde te puedan agarrar. El objetivo de una lucha de sumo es sacar del Dojo a la otra persona, empujándola. Se sale con las manos desde el piso, y la otra forma de ganar es que toque con cualquier parte del cuerpo que no sean las plantas de los pies el piso. Son luchas muy rápidas, de mucha potencia y mucha velocidad. Una lucha puede durar seis segundos… es mucha concentración la que hay que tener. No están permitidos los golpes directos, no están permitidas las patadas, es empujar lisa y llanamente. El entrenamiento es muy exigente, que normalmente dura dos horas, donde en la primera hora es físico. Se trabaja mucho el tren inferior, las piernas, con muchas sentadillas, se trabajan mucho los abdominales y brazos por el tema del empuje. Por más que veas a un luchador de sumo como una persona obesa, tiene una gran masa muscular, porque necesita mucha potencia. Y después de esa hora de entrenamiento físico, se pasa las luchas, donde es cerca de una hora donde entrás y luchas y luchas, justamente para ir adquiriendo las técnicas para cuando te llegue el momento en un torneo, y tener buena reacción, buen control del cuerpo, buena salida. Por eso se practica muchísimo en ese sentido”, ejemplifica Sebastián

Actualmente, lo difícil es conseguir un lugar donde se practique y dicte Sumo: “hoy en día tenemos en Capital, están entrenando en la AJA (Asociación Japonesa Argentina) y en Parque Chacabuco. Después en Entre Ríos también hay Sumo y en Mar del Plata”, concluye Sebastián Paunero.

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